Piedras del Portugués

El paseo comienza muy cerca de la zona de las piscinas, no llega a medio kilómetro, al lado de la carretera de Segura a Aldeanueva y en la que se pueden ver varios lugares interesantes, existe un pequeño aparcamiento, también se puede aparcar junto a las piscinas. Comienza en las llamadas piedras del Portugués porque de ellas sacó un portugués, que vivió en Segura, las piedras que después labró para construir las fuentes que están al lado de la carretera.
Primero encontramos una gran piedra partida, ignoro si ha sido producto de la Naturaleza o de la acción humana para las canterías del pueblo que después de rota se abandonara, sea por una causa o por otra no deja de ser llamativa. A continuación podemos ver un chozón con su corraleja en un magnífico estado para criar cerdos, estas construcciones se deberían mantener eternamente por lo bonitas que son. De críos entrábamos fácilmente por la pequeña puerta existente en el chozón, pasar ahora sería bastante difícil. También veremos una antigua almial con su palo clavado para servir de soporte a la misma y la pared rodeándola para que no se comieran los animales el heno antes de tiempo.
La garganta va muy encajonada por esta zona y se pueden disfrutar de las vistas. Según la leyenda por aquí desembocaba el túnel que los moradores del castillo utilizaban para abastecerse de agua en caso de ser rodeados por los infieles. Lo cierto es que nunca se ha descubierto la boca de dicho túnel. Tan solo conozco un castillo, el de Ponferrada, que tiene dicha conducción, y más que túnel parece una zanja cubierta. La tradición oral nos recuerda que existían túneles hasta Cáparra, Granadilla... Dejamos las leyendas para otro momento y nos acercamos a un puente de madera, desde el que podremos ver mejor el cauce de la garganta. Podemos pasar por una zona de piedras llamativas que nos sirven de mirador y junto a un gallinero con una magnífica ventana de piedra.








